Vivir en santidad

Vivir en santidad es amar con el Corazón de Cristo, siendo dóciles a la acción de Su Santo Espíritu que habita en nosotros. Dejándonos guiar por sus inspiraciones, aprendiendo cada día a ser hijos de Dios y hermanos de todos. La santidad dice el Papa, se ofrece a todos, pero naturalmente no todos los santos son iguales; son de hecho... el espectro de la luz divina. Y no necesariamente un gran santo es aquel que posee carismas extraordinarios. De hecho, hay muchos cuyos nombres sólo conoce Dios, porque en la tierra han llevado una existencia aparentemente muy normal. Y son éstos llamados santos "normales" los que son queridos por Dios...

Dice Teresita del Niño Jesús (página 543 del libro Teresa de Lisieux), que algunas veces "Jesús quebranta" nuestra naturaleza y nos da "la cruz y la tribulación". Dice Teresita también, que lo que es una verdadera cruz es el martirio del corazón, el sufrimiento íntimo del alma... Creo que vivir en santidad tiene que ver con estas cosas. Pero en fin todo es todavía para mi un gran misterio. El día de la Inmaculada no pude resistirme y fui a toda prisa a la Santa Misa aunque había faltado unos domingos a ella. Y quería comulgar...pero recordé la visita de una amiga de la comunidad que me dijo que perdíamos la comunión cuando faltábamos a la Santa Misa. Y no comulgué. Sin embargo recibí muchas gracias y bendiciones y experimenté en mi alma la paz de Cristo. Me dije a mi misma que perseveraría en confesarme y en asistir a la Santa Misa. Pero ha sido difícil para mi en estos tiempos, ir a Misa y comulgar.

Asistí a la Santa Misa el sábado y comulgué... Mi esposo me acompañó. Fuimos al Templo Eucarístico y recibimos la bendición del Santísimo Sacramento del Altar.