Tu historia personal, desde su COMIENZO al PRESENTE; y del PRESENTE hacia su FINAL, no ha estado ni estará a la deriva, aunque por momentos tu así lo hayas sentido...
A lo largo de tu caminar por esta vida, Dios ha estado pendiente de todos tus pasos... Es cierto que hubo momentos que diste pasos tan errados, que tuviste que enfrentar consecuencias de tristeza, dolor y frustración Pero eso no indica que Dios estaba desentendido de ellos.
Dios sabia perfectamente lo que decidías y la acción que eso conllevaba de tu parte; pero te dejo actuar aun en aquellas decisiones que no eran las correctas. Dios permitió que te equivocaras, para que te dieses cuenta de lo importante que es tomarle en cuenta a El en cada paso que des, por muy pequeño e insignificante que parezca... De la red
Para poder entregarnos a los demás, tenemos que ser nosotros; y para ser nosotros, tenemos que entregarnos a Cristo. (Thomas Merton)
Elegir a Cristo requiere andar por un solo camino y no por varios a la vez. Pretender al mismo tiempo seguir a Cristo y a uno mismo, ¿no significa perseguir su propia sombra? (Taizé)
Ven Espíritu Santo, danos la gracia del amor fraterno: que una corriente sensible, cálida y profunda corra en nuestras relaciones; que nos comprendamos y nos perdonemos; nos estimulemos y nos celebremos como hijos de una misma madre; que no haya en nuestro camino obstáculos, reticencias ni bloqueos, antes bien seamos abiertos y leales, sinceros y afectuosos y así crezca la confianza como un árbol frondoso que cubra con su sombra, a todos los hermanos de la casa, Señor Jesucristo.
Así lograremos un hogar cálido y feliz que se levantará, cual ciudad en la montaña, como señal profética de que tu gran sueño se cumple, y de que Tú mismo, Señor Jesús, estás vivo entre nosotros. (Encuentro, oraciones)
Bendiciones,
Carmen
1 comentario:
¡No teman! ¡Abran, más todavía, abran de par en par las puertas a Cristo!
Abran a su potestad salvadora, las puertas de los Estados, los sistemas económicos y políticos, los extensos campos de la cultura, de la civilización y del desarrollo.
Juan Pablo II
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