En un pequeño caserío, un hombre contemplaba el interior del único pozo que había; entonces se acercó un niño y le preguntó ¿qué hay aquí dentro del pozo? El hombre le respondió ¡Dios! El niño se quedó pensando y volvió a preguntar ¿Dios está escondido dentro de este pozo? Sí, respondió el hombre. ¡Quiero verlo! dijo el niño desconfiado.
Entonces el hombre, que ya era un abuelo, lo levantó y le ayudó a apoyarse sobre el borde del pozo. Reflejado en el agua; el niño pudo ver su propio rostro. ¡Pero si soy yo! exclamó. Eso mismo dijo el hombre, volviendo a colocar amorosamente al niño en la tierra. Ahora ya sabes donde está escondido Dios.
Mantengamos viva la llama del amor...
Carmen
De mi armario
5 comentarios:
Ola querida!que bom que gostou do texto...temos que nos preocupar sempre com os deficientes.....bjs no seu coração
¡Hola Teresa! El gusto es mío de conocerte y tratarte, un abrazo,
Carmen
Gracias Carmen por visitarme y quedarte. Te devuelvo la visita me quedo contigo.Me ha gustado tu blog. Y el cuento de hoy es superlindo. Somos lo que llevamos dentro y eso se tiene que reflejar. Nadie da lo que no tiene. Un abrazo. Seguremos en contacto.
Acabo de ver tu perfil y eres de Venezuela, Tierra que adoro porque allí crecí. Un beso. En mi blog de Ciudadana verás algunas cositas de mi infancia si tienes un ratito.
¡Hola Katy! Que alegría tu visita,¡Bienvenida! Te visitaré...un abrazo,
Carmen
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