Señor estás aquí, dentro de mi ser. Con tu aliento me ayudas a crecer. Me preparas para mi encuentro definitivo con la verdad. Cuanto dolor Señor. Tantas emociones. Tantas despedidas y desprendimientos.
Pero todavía no. Todavía puedo palpar, puedo sentir la frescura de la mañana, el abrazo de mis seres queridos mis hijos, hermanos, sobrinos, nietos. Recibir a mis amigos. Disfrutar de una
buena cena con mi esposo y puedo soñar.
Puedo correr y bailar.
Puedo recordar bellos momentos. Escuchar hermosas melodías. Ir a la Iglesia y recibir tu Cuerpo tu Sangre y tu Divinidad en la Santa Misa. Visitar a la Santísima Madre en su casa, en el Templo Mariano consagrado para ella por su Santidad Juan Pablo II.
Tomar de la mano a quien me necesite y acompañarle con mi amistad y cariño.
Gracias Señor, cuanta vida en abundancia Dios mío. Cómo no creer en ti. Eres mi luz y mi sol.
Nada me turba, nada me espanta porque tu estás conmigo Señor. Eres mi Dios y mi Señor.
A ti Madre Santísima te entrego mi corazón y todo mi ser. Ayúdame a caminar, a seguir caminando , a subir ese Monte del Carmelo.
Creo que todavía no he llegado al límite, a veces siento desfallecer, no se si estoy despierta o dormida.
Espero con los que esperan. Creo con los que creen sin ver y de los que aman lo invisible.
Para ti nada es imposible.
¿Cada si mío, te ayuda Señor a construir el Reino? ¿El porvenir ? Solo se que nada soy. Pero si lo quieres así. Respondo con mi Santísima Madre "Yo soy la servidora del Señor", hágase entonces Señor en mi Tu Santa Voluntad.
Guía mis pasos, para hacer tu Voluntad.
1 comentario:
Mis pilares en el hogar en este momento son mi papá y mi esposo. Aunque mi papá está mayor y casi no puede ver, me acompaña en las tardes de soledad. Cuando regresa mi esposo, la tarde se convierte en fiesta. ¡Bendito sea Dios!
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